calefacción

Calefacción a punto

Con la llegada del invierno, hay que tener en cuenta la puesta a punto de la calefacción.

Si la caldera es de gas, revisa esté todo correcto antes de encenderla. Pulverizando agua sobre las tuberías, sabremos si hay alguna fuga si aparecen burbujas en algún punto. Si es así, habrá que llamar al servicio técnico. La suciedad también perjudica su funcionamiento. Limpia con cuidado con un paño, sobre todo, las rejillas de ventilación durará más si cumples con las revisiones (preventiva cada año y obligatoria cada cuatro años).

Los radiadores hay que purgarlos para eliminar el aire que acumulan y pueden perjudicar su funcionamiento. Abre la llave de paso y coloca un recipiente debajo. Primero expulsará el aire y luego un poco de agua. Cuando el agua salga limpia, cierra la llave y enciende la caldera para que los conductos vuelvan a llenarse. Siempre en frío, quita el polvo y luego repasa las zonas más inaccesibles de los radiadores con un trapo humedecido en agua y jabón. Es recomendable cambiar toda el agua que recorre el circuito cada cinco años.

Los radiadores eléctricos, una vez desenchufados, los puedes limpiar con una esponja con agua jabonosa después de haberles quitado el polvo superficial. Si no quitas el polvo antes de encenderlos, cuando lo hagas notarás un desagradable olor a quemado.

Si tienes una bomba de calor, recuerda que necesita una revisión anual para comprobar el estado de los filtros. Vigilar no obstruir las rejillas.

En caso de calefacción por gasóleo, es importante que el depósito esté en un lugar bien ventilado. Cuando lo llenes, espera una hora antes de volver a usar la caldera: así las impurezas del gasóleo se depositarán en el fondo del depósito y no pasarán al circuito.

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